viernes, 28 de diciembre de 2012

No perdáis la ilusión.

-¿Como son las estrellas del cielo, mamá?
-Es como la sensación al respirar aire en la montaña, puro y limpio mi cielo.
-¿Y la luna, mamá?
-Como coger una bola de nieve en tus manos: fría, suave y enigmática.
-¿Y el sol, como es el sol?
-¿Sientes su calor en el rostro?
-Si mama
-¿Notas su calor rodeando tu cuerpo?
-Si mamá
-Eso es el sol...energía, vida y alegría... Como tú mi vida. El sol que me alumbra el alma.

-Entonces, por eso pasamos el día en la montaña...
No puedo ver pero si sentir y tocar mi propio sol, mi luna y mis estrellas, además compartirlas contigo, mamá.
-Si, mi sol.



Solo tienes que buscar en tu interior para encontrar tu sol, tu luna y tus estrellas. No siempre vemos pero si sentir si queremos.

Que las estrellas alumbren en vuestro camino, la luna vele vuestros sueños y el sol de la mañana os renueve la ilusión cada día.


Mar, Rosa Azul.




lunes, 24 de diciembre de 2012

Mi Querido #Circoloko

No hace tanto tiempo que estamos juntos pero para mi ha sido un tiempo con muchas emociones, compartiendo cosas maravillosas y confidencias como debe ser en una buena amistad.
En momentos duros hemos tenido varios hombros en los que desahogar nuestras penas y en momentos de alegría hemos compartido entre todos esa felicidad.
La distancia no ha sido ningún problema y aunque esta noche no estaremos juntos físicamente, sabemos que nuestros corazones están juntos como siempre.
Solo puedo regalaros unas palabras ya que mi corazón lo tenéis. Deciros que pese a la distancia siempre me tendréis cerca, que cuando necesitéis una amiga en lo bueno y en lo malo aquí estaré. Os quiero con el alma por muchas razones: por vuestra co prensión, por vuestro apoyo, por toda la ilusión que ponéis en mantener esta amistad y por vuestras sonrisas a pesar de los pesares.
Quiero que sigamos la sonrisa por bandera, que luchemos sin descanso por lo que realmente merecemos y que cuando toque descansar porque ya no podamos más, encontremos en este #Circoloko el mejor aliado para pasar ese mal trago, compartirlo y hacer de ese momento, un momento menos duro.
Son nuestras primeras Navidades juntos y espero que sean muchas más y como soñar es gratis... Quizá algún día podamos pasar unas Navidades juntos, como una gran familia.

Os quiero mucho!!!

martes, 18 de diciembre de 2012

Mi mundo paralelo



He descubierto un lugar donde la realidad es menos dolorosa, donde a nadie le da miedo expresar lo que siente, donde la sonrisa es una gran aliada y donde llorar no significa soledad, se hace en compañía.
Un lugar donde compartir es parte del día a día y nadie está obligado a nada.
Es mi mundo paralelo, el que me da fuerzas para seguir avanzando. Un rincón en el que refugiarme cuando hay tormenta, cuando mi corazón grita en voz alta, cuando mi mente no quiere pensar más, ni mi cuerpo puede con tanto dolor.
También hay dosis de realidad amarga, muy amarga, una ducha de agua fría a las cinco de la mañana, gente que se reúne para albergar esperanzas y solo encuentran martillos golpeando sobre sus cabezas. Dolores intensos de enfermedades sin treguas. Es mi mundo paralelo si, pero no por ello menos real.
Un mundo donde no da vergüenza compartir sentimientos y te enseña a decirle a la gente que te rodea cuanto la aprecias, quieres y necesitas. Te abre los ojos a las cosas importantes de esta realidad.
Y poco a poco mi mundo paralelo, que no irreal, me enseña a vivir y a compartir sentimientos con palabras bellas a mis seres queridos, a los que me rodean y a los que poco a poco se ganan mi corazón dentro de este mundo.

Gracias a todos por compartir este mundo paralelo y real conmigo.
Me hacéis mejor persona.

Betsabé, la búsqueda de la sonrisa eterna

En tiempos pasados la vida solo le ofrecía oscuridad. Deprimida y sin nada que le diera esperanza, Betsabé se tambaleaba dentro de su mundo. Todo a su alrededor era triste y sin color, nadie conseguía poner una sonrisa a su bello rostro. Solo sus hijos conseguían mantenerla unida a este mundo.
La fragilidad de su cuerpo le colapsó su mente, no encontraba el camino. El tiempo pasaba y ella caminaba por una cuerda floja que cada vez se movía más, poco a poco caía al vacío.
Betsabé sabía que nadie podía ayudarla, solo ella sería capaz de salir de aquel pozo, pero no veía mas allá de sus propias debilidades.
En algún momento se fijó en el rostro de sus hijos y descubrió que al igual que ella, ellos nunca sonreían como el resto de los niños. Eso hizo que se sintiera culpable...
Por fin, un sentimiento apareció en su horizonte, negativo, pero era un primer paso.
El sentimiento de culpabilidad hizo que se esforzara en agradar a sus pequeños y al no conseguir esa bella sonrisa que buscaba apareció el coraje y la rabia. Su esfuerzo fué mayor y consiguió lo que deseaba, esa bella sonrisa en el rostro de sus hijos.
Cada vez que asomaba una sonrisa en el rostro de Lucas y David, un rayo de luz se abría dentro de su corazón, una luz que brotaba dentro de ese tierno corazón y que daba esperanza de vida a Bet.
La mitad del camino ya estaba hecho pero no conseguía llegar a la superficie.
Su motor era ver sonreír a sus hijos, mas tarde a los que la rodeaban en su día a día pero su sonrisa, su propia sonrisa no aparecía.

El tiempo pasó y sus hijos crecían, ya no necesitaban a mamá para sonreír, sonreían por ellos mismos, eran felices pero... ¿Y Betsabé? Betsabé no, ella solo fingía ser feliz. Creía que no lo necesitaba y la vida le puso en el camino más de una tristeza, más de una perdida. Seguía absorta en hacer felices a los demás. Una última piedra en el camino le hizo una vez más luchar por la sonrisa de una persona querida, esa sonrisa tan difícil de conseguir como cuando se cree que el final está muy cerca dejando en el camino a unos amados y pequeños hijos. Fué capaz de luchar por su sol y ese sol, tan amado la dió una lección de vida, la enseñó como luchar por ella misma, como hacer florecer esa sonrisa tan maravillosa, tan necesaria que perdió en algún momento de su vida en el camino. Aprendió a ver su vida de un modo distinto, a reconocer su valía, a sonreír solo por y para ella. Una vez conseguida esa sonrisa, Betsabé se aferró a ella y se prometió a si misma no volver a perderla.
Al cambiar ella cambió su entorno. La energía que desprendía hacía que todos a su alrededor en algún momento del día sonrieran y disfrutaran a pesar de los problemas. Ahora la sonrisa le pertenecía aunque a veces no resulte fácil, aunque la vida y sus tentáculos se empeñen en borrarla de su rostro... Una lucha diaria por la que no se deja vencer y que afronta con buena voluntad disfrutando de esos pequeños placeres.....


Posdata: Yo quiero aprender, luchar y sonreír como Betsabé, compartir contigo mis palabras, mis sonrisas y esas pequeñas cosas....y ¿Tu quieres compartir lo mismo conmigo?
Aquí te estaré esperando.