domingo, 8 de noviembre de 2015

Un jardín entre la niebla XI : y la niebla se disipó, descansa en paz.

Mamina se fue y su jardín nunca más tendrá niebla. Desde su jardín que ahora será eterno, vigilará incesantemente por nosotros. Mi infancia se va contigo, aquella donde fuiste mi fiel compañía, mi ojo avizor. Los recuerdos se quedan conmigo para hacer más llevadera tu falta y prometo recordarte en todos y cada uno de esos momentos vividos contigo, en los malos pero sobre todo los buenos, en tus carcajadas sonoras, en tus cigarrillos secretos gritado a voces entre toda tu familia. Aún no he llorado, lo haré y mucho, pesó más el calmar a mi hermano que el sufrimiento mío. La verdad que aún no sé echarte de menos pues tengo la sensación de que aún estás conmigo. La niebla se disipó y con ella tu sonrisa y la mía unidas por historias inventadas o recuerdos modificados por tu memoria. Se acabó el seguirte la corriente y llenar los vacíos que dejaba tu Alzheimer. Ahora comienza una nueva etapa donde tus historias, nuestros recuerdos llenaran nuestras veladas familiares donde la nostalgia nos contagiara momentos tristes y a medida que pase el tiempo pasarán a ser anécdotas y sonrisas porque pasaste una larga vida con nosotros y tus enseñanzas son muchas y tu genio inagotable.
Espero que estés cómoda en tu nuevo jardín sin niebla, que tu memoria haya vuelto y recuerdes cada uno de los nombres y caras de tus familiares y desde allí arriba sonrías siempre con nosotros y veas lo mucho que seguiremos queriéndote. No te digo adiós porque no hay adiós para mis seres queridos, solo un hasta siempre porque siempre estarás en mis recuerdos.


92 semana han pasado desde este momento y tus hijas no te soltaron de la mano, de darte cariño y mostrarnos a todos el amor que se tiene a una madre. Aún sin memoria nos enseñaste a través de tus hijas que el amor es incondicional y en las buenas pero sobre todo en las malas es cuando hay que demostrar cuanto quieres a las personas.
Te quiero y nunca dejaré de recordarte.

Mar.