viernes, 28 de agosto de 2015

En sus corazones por siempre.

Esas pequeñas cosas que alivian un poquito el dolor profundo, un dolor que solo asienta con tiempo, que el tiempo le convierte en llevadero con los bellos recuerdos.
La perdida de una persona allegada, sobre todo en la juventud, aquella primera perdida siendo consciente plenamente de ella.
Esta semana, amigos y compañeros, entre ellos mi hija, tuvieron a la fuerza que aprender como llevar ese dolor, esa perdida de un compañero. 
Recordé mi primera perdida, la de ese allegado en la juventud y comprobé que seguimos afrontando el dolor de la misma forma que antaño, solo que con otros medios a su alcance: haciendo piña, unidos, recordando sus cosas favoritas, sus ídolos, sus azañas, aventuras y compartiendo nuestros recuerdos de los momentos vividos en su compañía.
Hoy no se juntan en el patio de casa, en el barrio o en la puerta de la escuela, hoy tienen las redes para recordarle, desahogarse y pedir unas palabras de cariño a sus ídolos. Eso les hace más fuertes para afrontar los primeros y peores días. Si además el ídolo en cuestión les corresponde con un tuit, la satisfacción de poder haber hecho algo por el amigo o compañero les aliviará y hará más fácil el camino al asentamiento del dolor. Hasta que el tiempo solo inunde sus pensamientos del recuerdo de las cosas bonitas, graciosas y aventuras que vivieron juntos.
Nunca le olvidarán, pasará a formar parte de sus vidas y dejaran un rincón de sus corazones solo para él. 
Por desgracia la vida es dura y suele golpear a los mejores.
DEP por siempre en sus corazones...
e indudablemente también en el mío.



Posdata:
Otra cuestión es el dolor de esos padres, para ellos es mi pensamiento constante.

Mar, rosa azul.